Los zapatos son para el verano

Cada época del año, tiene sus propias señas de identidad. No viajamos a los mismos sitios en verano que en invierno. Tampoco comemos los mismos productos en primera que en otoño. Las actividades de ocio que realizamos dependen también de los meses en los que las realicemos. La moda, no es una excepción.

Dependiendo de la época en la que nos encontremos, elegimos ropa más cómoda, más abrigada, más resistente al agua,… Evidentemente, el mundo de los zapatos también tiene sus propias reglas, ya que la temperatura influye en el tipo de calzado que debemos ponernos en cada momento.

Pero, ¿cuáles son las características que debe tener un buen calzado para el verano? Las elevadas temperaturas que sufre nuestro país durante la época estival marca la línea que han de seguir los fabricantes de zapatos. La primera consideración que debemos hacer a la hora de elegir un par es el material con el que se han realizado los zapatos.

Durante el tiempo veraniego, debemos evitar aquellos zapatos confeccionados con materiales sintéticos, ya que impiden que el pie pueda transpirar con normalidad, y optar por aquellos materiales naturales como la piel, el algodón o la tela, mucho más apropiados para el calor.

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Las sandalias son uno de los tipos de calzado preferidos para el verano.

Otro asunto que debemos tener en cuenta es el forro interior. Es importante que éste sea suave y  asegure una correcta transpiración del pie. En este sentido, debemos evitar aquellos zapatos abiertos y sin talón, ya que con ellos se aumenta la probabilidad de que el pie resbale y suframos una caída.

Las sandalias y los zapatos deportivos son dos de las modalidades de calzado más demandadas durante la época estival. Si nos decidimos por este tipo de calzado, los zapatos que elijamos deben quedar bien sujetos al pie, por ejemplo, mediante una hebilla, un velcro o cordones; deben ser cómodos, por lo que es primordial elegir bien la talla; deben ser transpirables, con lo que evitaremos las sudoraciones; y deben tener suelas y talones reforzados y antideslizantes, para que no se doblen fácilmente y evitar con ello los resbalones.

Los tacones también han de ser escogidos cuidadosamente en verano, pues son más peligrosos que en invierno. No es bueno pasar de uso diario a la desaparición de los mismos, como suele ocurrir con la llegada del buen tiempo, donde el zapato plano es el preferido por las mujeres. Los expertos recomiendan que hay que mantener un mínimo de tacón durante algunos días para que la transición sea más cómoda y saludable para el pie.

Por último, otro aspecto a tener en cuenta son las suelas de los zapatos. En verano, hay que evitar, por ejemplo, las suelas de goma, pues facilitan la sudoración del pie. La suela de cáñamo o esparto y el cuero son una buena opción. Además, el uso de plantillas especiales para la transpiración debe ser un recurso a tener en cuenta en la época estival.

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